La correa de distribución es uno de los elementos principales para el funcionamiento de un vehículo. Es la pieza encargada de conectar el movimiento descendente de las válvulas con el ascendente de los pistones, y transmitir así potencia al vehículo.
Sin embargo, la correa sufre un desgaste continuo en su uso, y es a partir de los 5 años o cuando el kilometraje excede los 90.000 km cuando es necesario un cambio de correa. Pero también puede desgastarse antes y que nuestro coche nos avise de que es necesaria una sustitución.
Algunos indicativos de que es necesario un cambio en la correa de distribución son cuando nuestro vehículo suelta por el tubo de escape demasiado humo negro; cuando al alcanzar ciertas velocidades parece que el coche tiembla; o cuando notamos la dirección demasiado suave. Al ser un elemento funcional del coche, no cambiarla puede suponer daños muy serios y costosos en nuestro vehículo, como causar la desincronización de las válvulas y los pistones y que el motor deje de funcionar.